Eliminando archivos de mi celular, me
encontré con este registro de mi viaje a Guatemala. Lo escribí durante el tercer día, con la incomodidad que representa hacerlo desde el pequeño teclado de mi e71. Nota aclaratoria sobre el final de la entrada, finalmente, me vi abandonado en mis intentos de salir a bailar :(
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La tarde preciosa y soleada nos augura un feliz viaje hacia Retalhuleu. De camino, nos detenemos en Amatitlán para que María Nelly conozca el lago y se suba por primera vez en un teleférico. Lo disfrutó mucho y empieza a radiar como lo esperaba. Es suyo este viaje.
Aprovechamos la parada para aplacar el hambre en el mercadito al lado del lago. Mientras paladeo una "Gallo" y miro los botes atracados al lado del lugar mis expectivas por las pupusas"Gloria"crecen.
Las pupusas estaban exquisitas, aunque me hubieran gustado con un poquito más de chicharrón. Pedí dos y las acompañé con sendas"Gallo". La pregunta de si manejaba ella, así como la premura al pedir la cuenta, no me dejaron terminar con gusto la segunda cerveza. A veces pienso que Carito es un poco extremista, jejeje.
De camino a Xetulul el viaje no pudo ser mejor. Una tarde calurosa de fundidos colores nos acompañó. Mami no se durmió, por el contrario, pasó con su mirada puesta en la ventanilla todo el camino. Definitivamente, empecé a disfrutareste viaje después del mediodía.
El recorrido hasta acá nos llevó por Amatitlán, Escuintla, Quetzaltenango, Suchitepequez y Mazatenango, entre otros lugares.
Después de llegar al hotel y registrarnos nos dispusimos a dar un vistazo en las impresionantes instalaciones del lugar. Todo es hermoso y temático. Las instalaciones están inspiradas en distintos sitios, como África por ejemplo, y están bellamente conservadas. Cenamos en un fino restaurante tailandés; María Nelly se comió un pollo exquisito. Mi sopa tai y arroz oriental de mariscos estuvieron a la altura. Pensamos ir a la disco más tarde Caro, Luz y yo. Lucita es un amor de chica.