Pero de eso a programar una fiesta de cumpleaños el mismo día que se presenta en Costa Rica el inspirado e inspirador Ricardo Arjona es una osadía que hasta a mí me cuesta creerme.
Lo confieso. No se trató de algo premeditado. Simplemente pensé que, aunque cumplo años el viernes 11 de mayo, el día siguiente era mejor fecha para una fiesta en las montañas de San Rafael de Heredia (350 metros norte del cruce del paradero turístico Monte de la Cruz, permítaseme el atrevimiento de un comercial).
No busqué enardecer el ánimo de algunas amigas o amigos "arjonianos". Solo traté de acomodar el auto-agasajo de forma que nadie pretextara cansancio por la dura jornada del día o se dispensara por tener que asistir a trabajar al día siguiente.
La fiesta ya sufrió la primera baja y me temo que no sea la última. ¿Tendré que consolarme pensando que "realmente no estoy tan solo" o al final, y ante el abandono masivo por culpa del concierto, tendré que pedirle "ayuda a Freud"?