De chico leí muchas veces la novela "Marcos Ramírez" de Calufa. En ella una de
los protagonistas era la pulpería "La Vencedora".
Establecimientos como el de la entrañable obra de Calufa han sido poco a poco sustituidos primero por supermercados y minisuper.
Y ahora hasta los minisuper han sucumbido ante cadenas, primero nacionales y ahora transnacionales, o se mantienen bajo la discutida política de bajo costo de operación de algunos chinos, no de todos.
Hoy leo que según un estudio del Ministerio de Economía, sale más barato comprar los bienes de la canasta básica en supermercados regionales que en cualquier cadena de supermercados de esos de alcance regional (póngale nombre: Palí, Más por menos, Megasúper o Automercado).
Es curioso. Porque mucha gente defiende la concentración que propugna la globalización del comercio por su efecto beneficioso para el consumidor. Desmantelar pequeños negocios en muchas manos se justifica siempre y cuando la mayoría consumidora gane, parece ser el razonamiento digno del Raskolnikov de Dostoievski.
A veces uno sospecha que este juego es de suma cero y solo a favor de esos grandes conglomerados. A veces existe algún estudio del MEIC que confirma las sospechas.