Justo un día después del revolú por el nuevo spot de Luis "el menos malo" Fishman, sale una nueva
encuesta, esta vez en el periódico La República, que lo ubica con un nada despreciable 10%.
El sondeo, realizado por la firma CID Gallup, ubica en un primer lugar a la oficialista Laura Chinchilla que, como un respiro a una semana de malos augurios de otras
encuestas, se despoja de la ominosa probabilidad de una segunda ronda. Su 44% le trae un rama de olivo (¿acaso alguna paloma de la paz se la llevó en su pico?) que le anuncia, por el momento, la tierra firme. Otto, aun cuando crece hasta 27% desde la última medición de esa casa, no parece ver el cambio ya.
De Ottón, sólo podemos decir que sigue cayendo y hasta Fishman parece tener el fuelle para alcanzarlo. Descendió tres puntos hasta el 12%.
Sobre la campaña del que ahora es "el mejor", he escuchado de todo. La mayoría, abrumadora mayoría, reprueba su spot de embarazadas gospel y gorditos empañalados. Otra gente, la menos, lo considera un audaz atrevimiento del candidato que tiene menos que perder. En medio de marionetas, maes chingos, acusetas y carencia de ideas, a mi no me extraña. Es más, creo que Fishman le hizo el día a medio país con "su (de Bulgarelli) ocurrencia".
Más gracia me hicieron sus comentarios y explicaciones ante las inquisidoras preguntas de los periodistas de La Nación ayer, justamente cuando el candidato participaba en un chat. Aquello era rarísimo, vacilón. Sentaron a Fishman frente a una compu para que viera su creación y luego lo acribillaron a distancia prudente del cubículo, de pie. Parecía una reunión de esas de media tarde, cuando uno se va por un café y termina quedándose a conversar, "chingar" o discutir con un compa en su cubículo.
Fishman primero sonrió, luego se puso sus gafas para ver mejor el spot y hasta le llevó el ritmo con los dedos. Ensayó respuestas y explicaciones que a mi, de absurdas, se me hicieron divertidísimas.
La verdad ayer me cagué de risa gracias a Fishman.
Sobre Bulgarelli y su "nueva" salida. Me parece que es un tipo que maneja muy bien su estilo, que es ese, y se confirma con cada nueva campaña. Mucha gente lo crítica. A mi me parece que es su sello, nos guste o no, de hacer las cosas. Puede ser que sirva, y muy bien, para causar ciertos efectos. Lo consigue y es obvio que Fishman (¿quién podría pensar que tiene alguna probabilidad real de ser presidente?) lo buscó, como él mismo dice, para llamar la atención.
Fishman es como un bebé de biberón y está ávido de atención.